Los Conquistadores #2430, Providencia.

La importancia de la ciberseguridad en infraestructuras críticas: el caso del reciente apagón en Europa

El reciente apagón masivo que afectó a España, Portugal y parte del sur de Francia el 28 de abril de 2025 volvió a poner en el centro del debate la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas frente a posibles ciberataques.

Aunque las investigaciones aún continúan, las primeras informaciones del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España alertaban de una actividad inusual proveniente del Norte de África días antes del incidente, lo que abre la posibilidad de que un fallo en las comunicaciones o un ataque cibernético pudiera haber sido un factor en la interrupción del suministro eléctrico.

Este hecho evidencia una verdad fundamental: en un mundo hiperconectado, la continuidad de servicios esenciales como la energía, el agua, las telecomunicaciones y el transporte depende cada vez más de la resiliencia cibernética.

 

¿Por qué proteger las redes de infraestructura crítica?

Las infraestructuras críticas son aquellas que sostienen el funcionamiento básico de una sociedad moderna. Su caída no solo genera pérdidas económicas, sino que también compromete la seguridad nacional y la calidad de vida de millones de personas.

Uno de los principales puntos débiles de estas infraestructuras es su dependencia de sistemas de comunicación estables y seguros. Cuando las redes que controlan y monitorean estos sistemas son vulnerables, se abre la puerta a:

  • Sabotajes digitales que alteran o apagan instalaciones.
  • Interrupciones de servicios por ataques de denegación de servicio (DDoS).
  • Robo de información sensible sobre operaciones estratégicas.
  • Dificultad en la recuperación tras un incidente, si las comunicaciones quedan inutilizadas.

El reciente caso europeo demuestra que, incluso en países altamente desarrollados, un fallo en la conectividad crítica puede dificultar o demorar el reinicio de sistemas esenciales, agravando los efectos de un corte de suministro o de un sabotaje.

 

¿Cómo ayuda una red inalámbrica dedicada y de baja latencia?

Soluciones como las redes inalámbricas dedicadas de baja latencia (como Netair de Netline) pueden jugar un rol crucial en blindar las comunicaciones de infraestructuras críticas, gracias a varias ventajas clave:

Red privada, no pública

A diferencia de Internet, una red dedicada no es visible ni accesible para usuarios externos.
Solo dispositivos autorizados pueden comunicarse, reduciendo la exposición a amenazas como escaneos, interceptaciones o accesos no autorizados.

Para un hacker, “descubrir” una red privada ya es un gran desafío.

 
Sin saltos intermedios = menos vulnerabilidades

En Internet convencional, los datos pasan por múltiples servidores y routers, cada uno un potencial punto de ataque.
Una red punto a punto dedicada conecta directamente origen y destino, sin terceros intermediarios, reduciendo drásticamente las posibilidades de interceptación o sabotaje.

 

Baja latencia = respuesta en tiempo real

La baja latencia de estas redes permite detectar anomalías de tráfico (intentos de hackeo, tráfico inusual, denegaciones de servicio) en tiempo real.

Esto significa que los equipos de ciberseguridad pueden actuar antes de que el ataque cause un daño mayor, mejorando la resiliencia operativa.

 

Difícil acceso físico

Las redes inalámbricas dedicadas suelen usar tecnologías como microondas o enlaces ópticos, dirigidos entre puntos físicos específicos.
Esto hace extremadamente difícil para un atacante interceptar o alterar la señal sin presencia física en la zona, lo cual en sectores industriales o mineros es casi imposible sin ser detectado.

 

Control total del tráfico

Las organizaciones pueden definir de forma personalizada:

  • Políticas de seguridad (firewalls, inspección profunda de paquetes).
  • Cifrado extremo a extremo de datos sensibles.
  • Sistemas de autenticación reforzada.
  • Auditorías continuas para asegurar cumplimiento de estándares internacionales.

 

Todo ello, sin depender de proveedores de internet externos o infraestructuras públicas vulnerables.

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